La plaza de Mosul Este y el bazar de Khan Gumruk, en la Ciudad Vieja, fueron este 31 de diciembre escenario de celebraciones para dar la bienvenida a 2021. Los iraquíes despidieron con fuegos artificiales, canciones y bailes un año ciertamente difícil para ellos.
El país atraviesa actualmente una grave crisis económica, con falta de oportunidades de empleo y acosado siempre por las acciones y ataques extremistas. Desde la caída del precio del petróleo a principios de este año, Irak ha estado lidiando con una crisis de liquidez sin precedentes.
Pero por unas horas todos trataron de dejar de lado la cruda realidad: el bazar volvió a abrir y las celebraciones inundaron momentáneamente tanto el este como el oeste de Mosul, devastada en 2017 tras el paso del grupo Estado Islámico y la posterior ofensiva estadounidense para expulsar a los yihadistas.
Tres años después de aquello, Mosul sigue luchando por poder contar con servicios básicos como la electricidad, el agua y la atención sanitaria.