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Cómo puede la nueva Misión ayudar a un Haití asediado por las pandillas?



Una mujer haitiana desplazada sentada en el tejado del teatro Rex Medina, en el centro de Puerto Príncipe.


Un comandante de la antigua Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití y un embajador del Grupo Asesor sobre Haití cuentan a Noticias ONU cómo puede ayudar la nueva Misión multinacional de seguridad a un país asolado por la violencia de las pandillas.


Las bandas criminales han desplazado a miles de haitianos, causando estragos en todo el país caribeño y provocando peticiones de ayuda urgente por parte del presidente Ariel Henry.

Este lunes, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución sobre una nueva misión multinacional ajena a la ONU en virtud de la disposición del Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas que permite el uso de la fuerza para restablecer la paz.


Es ilusorio pensar que la ONU va a aportar soluciones; las soluciones vendrán de los haitianos.

"No se trata de una misión de mantenimiento de la paz típica o antigua", declara a Noticias ONU el embajador canadiense, presidente del Grupo Asesor Especial sobre Haití del Consejo Económico y Social (ECOSOC), Robert Rae.

"Es ilusorio pensar que la ONU va a aportar soluciones; las soluciones vendrán de los haitianos", añade el teniente general retirado Carlos Alberto dos Santos Cruz, de Brasil, en otra entrevista con nosotros.

Dos Santos Cruz fue comandante de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) de 2007 a 2009. Es autor de Mejorar la seguridad del personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas: Tenemos que cambiar nuestra forma de actuar, y dirigió la misión de investigación del Secretario General de la ONU en Ucrania.

Les preguntamos a ambos cómo sería sobre el terreno una operación de seguridad ajena a las Naciones Unidas, qué haría falta para ponerla en marcha y cómo se implicaría la ONU en la nueva misión.


Una mujer haitiana desplazada sentada en el tejado del teatro Rex Medina, en el centro de Puerto Príncipe.


Para el embajador Bob Rae, es muy importante destacar que esta no es una típica o vieja misión de mantenimiento de la paz.

“La situación a la que nos enfrentamos es muy diferente. No es una lucha armada entre dos grupos. No se trata de un grupo definido étnica, regional o geográficamente. Se trata de pandillas. Se trata de una guerra entre bandas. Se trata de sus tácticas, robos, asesinatos, violaciones, y de tratar con las bandas, lo que requiere un tipo de enfoque muy diferente”.

Las soluciones vendrán de los haitianos

La relación será muy estrecha con la Misión [política especial] de la ONU en Haití, también conocida como BINUH, que su contribución será clave para la nuestra comprensión de lo que hay que hacer.

“La BINUH tiene una larga relación con la Policía Nacional de Haití. Creo que muchas de las discusiones que se están llevando a cabo giran en torno a cómo la [nueva] Misión pretende realmente reforzar en cuestiones de seguridad y reforzar la relación con las fuerzas de seguridad existentes en el país”, agrega el embajador.

Por su parte, el general Carlos Alberto dos Santos Cruz, una nueva misión en Haití necesitará primero entender el contexto.

“Es un contexto muy complejo, y es muy importante conocer todas las variables del país. Después, hay que entender la posición de los socios locales y del gobierno local. La solución depende de los haitianos, del gobierno y de los ciudadanos que trabaja en Haití. Es ilusorio pensar que la ONU va allí a aportar soluciones. Las soluciones vendrán de los haitianos”, explica este veterano conocedor de la situación en el país.

Kenia ha dado un paso adelante al acceder a liderar la fuerza multinacional, o

bserva Rae, que asegura que “no estarán solos”.

“Todos nosotros, que hemos estado ayudando a mejorar la Policía Nacional de Haití, les apoyaremos. Será un esfuerzo multinacional. Ya ha habido públicamente una serie de países que han indicado su apoyo y lo que quieren hacer. Estoy seguro de que esto aumentará en los próximos días. Creo que una vez que el Consejo de Seguridad apruebe la resolución, todo el mundo podrá ponerse en marcha rápidamente. Algo que deseamos fervientemente es un proceso de compromiso que no lleve demasiado tiempo. Tenemos que movernos con bastante rapidez para responder”, explica.


Operaciones conjuntas con la policía local

El general Dos Santos señala que cuando se llega a un país, normalmente se dispone de cuatro o cinco meses para organizar la misión, que todos los contingentes lleguen sobre el terreno y organizar las unidades policiales y el trabajo.

“El primer paso consiste en cómo operar junto con la policía haitiana. Es fundamental realizar operaciones conjuntas. Es muy importante establecer una operación conjunta y establecer una relación muy profesional con la policía haitiana”, asegura.

En ese sentido, Rae advierte que "esta misión no va a ser un paseo por el parque”.

Se trata de una empresa muy difícil, en la que toda la ONU se ha unido con una sola voz para decir: "a menos que tengamos un enfoque coherente en materia de seguridad, no vamos a ser capaces de abordar la otra cuestión".

Además, la cuestión de la seguridad está adquiriendo una importancia crítica: “No es posible que emprendamos este tipo de misión sin un profundo aprendizaje basado en las experiencias de los demás”, afirma el embajador canadiense.

Y añade: “Creo que se entiende perfectamente el requisito de que cualquier fuerza en cualquier otro país tiene que ser respetuosa con la ley y con los derechos humanos. Sé que será parte integrante de los debates en el Consejo de Seguridad. Tenemos que demostrar que comprendemos que estamos tratando con algunos de los asesinos más violentos y brutales que trabajan hoy en Haití”.

El riesgo de confundir a los delincuentes con la población

Dos Santos ahonda en ese punto cuando destaca que es fundamental tener experiencia personal en inteligencia.

“La eficacia de tu trabajo depende del acceso a buena información. En este tipo de trabajo, el problema de las bandas callejeras es muy delicado. Están en medio de la población. No tienen uniformes. No sabes quién es quién. Eres extranjero allí, y debes tener mucho cuidado de no confundir a los delincuentes con la población, porque están dentro de la población. Para saber la diferencia, hay que contar con gente muy buena y con experiencia para organizar la inteligencia. Por eso es importante tener contacto con las autoridades y la policía haitianas”.

Ahora mismo se tiene mucha mejor información de la que se tenía a principios de año, de acuerdo con las declaraciones de Rae.

“Por eso Canadá ha invertido tanto en obtener información y datos y en comprender mejor la estructura de las bandas y quién está implicado exactamente y de dónde proceden algunas de sus fuentes de financiación. Sabemos lo suficiente sobre lo que hemos visto para saber que actúan con gran brutalidad”, comenta.

Dos Santos indica que el nuevo comandante y los nuevos profesionales que van allí son capaces de hacer el trabajo y están preparados. Pero tienen que entender que el problema no es de seguridad pública.

“Van a trabajar dentro de un problema político. La cuestión es mucho más política que de seguridad pública. Es mucho más una cuestión de administración pública, de actuación del gobierno y del problema de la coordinación. Tenemos miles de organizaciones internacionales allí y, normalmente, la coordinación es muy deficiente. Tenemos que entender que el problema tiene mucho más que ver con la rendición de cuentas que con una simple cuestión de seguridad pública”.

Según Rae, hay un consenso muy fuerte que salió de la reciente reunión de alto nivel [sobre Haití] presidida por el primer ministro canadiense Justin Trudeau que se centró en la cuestión del desarrollo internacional y en la necesidad de tener un enfoque de esta intervención que no sea simplemente una intervención militar.

“Es una intervención policial destinada a apoyar los esfuerzos haitianos que ya están en marcha, y tiene que ir acompañada de una acción más firme en los ámbitos humanitario y de desarrollo. Hoy en día se está produciendo una crisis muy profunda en el país y cualquier intervención tiene que abordar todos los elementos de la crisis que no pueden centrarse en uno solo”, explicó.

E insistió en que la Misión política de la ONU en Haití tendrá un papel muy crítico: “Habrá otros papeles críticos, pero obviamente será uno de ellos. Parte de lo que están intentando averiguar es la redacción de la resolución [del Consejo de Seguridad] que se referirá realmente al propósito más amplio de la misión. Más allá de eso, no puedo decir mucho porque la resolución aún no se ha aprobado. Así que todos estamos pendientes de ello y evaluándolo en consecuencia”.